29 de abril de 2008

Sócrates y el Diálogo...

Sócrates nació en Atenas alrededor del 460/69 a.C y murió por el 399 a.C también en Atenas.

Durante esta época Atenas era una gran ciudad en la que habían aproximadamente 10.000 casas y vivían 200.000 personas entre esclavos y familias. Se desarrollaban variadas actividades económicas y debido a esto era una de las ciudades más productivas de la región.

La madre de Sócrates se llamaba Fenareta y según se cuenta su oficio era el de partera. El padre de Sócrates se llamaba Sofronisco y trabajaba como escultor artesanal.

Según los escritos de autores contemporáneos a él, Sócrates no habría sido muy agraciado físicamente, aunque poseía una buena contextura física lo que le permitió ser un Hoplita(1) y participar en más de alguna batalla registrada en los libros de la historia ateniense. En una de las descripciones físicas que se hacen de él, se le presenta como un hombre bajo de estatura, con la nariz más bien ancha y labios gruesos. Quienes no le tuvieron mucha simpatía, lo comparaban con los Silenos, que eran en la mitología griega unos enanos como demonios que formaban parte del cortejo del dios Baco.

Se habría casado bastante viejo (50 años aproximadamente). Su mujer se llamaba Xantipa y se dice de ella que poseía un carácter bastante violento. Con ella tuvo tres hijos.

Las descripciones y las historias que se cuentan de Sócrates vienen desde tres fuentes, la más conocida, y la más influyente también, es la Platón quien lo muestra como un hombre de gran capacidad intelectual, con una personalidad sublime. Como su discípulo siempre lo exalta.

Otra de las opiniones acerca de Sócrates la entrega Jenofonte, quien también fuera su discípulo, pero al sufrir una pelea se separaron. Este autor lo muestra como un hombre sagaz, astuto, inteligente, pero vulgar. La otra visión de Sócrates la entrega un comediógrafo(2) ateniense llamado Aristófanes, quien lo muestra casi siniestro, como un sofista(3) más, siempre en las nubes y distraído, quien explotaba a sus discípulos para enriquecerse.

En su época Sócrates no fue muy entendido y se le condenó a beber la cicuta luego de ser acusado de impiedad (no creer en los dioses). Debido a su persistencia fue apodado “El Tábano”.

Sócrates nunca escribió nada y esto permite que se hagan interpretaciones diversas de su pensamiento.


Ø Su Filosofía:

Sócrates posee confianza en la razón, sin embargo no es racionalista; es decir, plantea que la razón es fundamental para llegar a conocer lo real, que se puede pensar sobre la realidad, pero no se puede reducir la realidad sólo a categorías racionales.

Sócrates fue el primero en establecer un método para llegar a lo real: el Método Dialógico.(4)

A través del logos o pensamiento (los latinos le llamarán discurso), algo "discurre" o "corre a través de..."

En el proceso dialógico se encuentran las principales características que conforman la metodología socrática:

a) El diálogo implica polaridad: (elementos opuestos), implica contrarios, divergencias.

b) Dinamismo: se confrontan las opiniones el diálogo es un proceso que no acaba en tanto exista polaridad.

c) Finalidad: el diálogo no es ciego, tiene como finalidad la verdad. El diálogo supone tolerancia y por tanto no debe rechazar la discusión hasta llegar a la verdad.

La sabiduría de Sócrates radica en ser capaz de reconocer que nada se sabe, a lo menos con cien por ciento de certeza. Este pensador, hizo del diálogo la más importante actividad de su existencia, y al detener a sus conciudadanos día a día para interrogarlos sobre sus propias actividades y sobre el sentido de sus actos, hizo del diálogo la actividad más importante de Atenas. Con Sócrates la filosofía se estaba volviendo una verdadera provocación pública. Todos los hombres creen saber algo y saberlo bien, o todos aquellos que al menos están conformes simplemente con vivir tal como viven, todos, se sienten afectados por este hombre que levanta juicio intelectual contra el pretendido saber de unos y contra la inconsistencia de otros.

La pregunta es ¿será Sócrates realmente sabio?. Lo que nos puede quedar claro en primera instancia, es que Sócrates representa justamente el modelo opuesto al hombre prudente y sabio de la tradición ateniense. Sócrates cuenta que informado por un amigo de la revelación del Oráculo de Delfos, la cual decía “Sócrates es el hombre más sabio entre los griegos”, decidió averiguar que sentido oculto encerraba el lenguaje del dios Apolo, puesto que “mi sabiduría” – dice Sócrates – tal vez no sea sino puramente humana, mientras que la de los otros es muchísimo más. Al cabo de ir y venir, Sócrates llega, finalmente a comprender “... que Apolo no ha querido decir en absoluto que yo soy sabio. Simplemente se ha servido de mi nombre para citarlo como ejemplo, como si hubiese dicho: Mortales, el más de vosotros es aquel que, como Sócrates, reconoce que no tiene saber alguno”.

Este es el fundamento de la sabiduría socrática y por esta razón, es importante que nos acerquemos a este juego de Sócrates para ver en que consiste.


Ø El Método Socrático:

Toda la obra práctica de Sócrates va a reducirse a convertir a sus conciudadanos a ese estado de honrado reconocimiento de ignorancia en que cada uno se encuentra. Pero, tal reconocimiento no se da sin resistencia. Es preciso, encontrar la forma de vencer la resistencia a la verdad. En el fondo se trata de una forma de purificación. Para ello Sócrates inventa un método que consiste en halagar la ignorancia a tal punto que esta se muestra y no puede menos que hacerse visible, incluso a los ojos de la propia "víctima". Y a esto se llega mediante un preguntar inofensivo: “OH Gran Juez, que juzgas a los ciudadanos, ateniéndote siempre a lo justo, solamente tú podrás enseñarnos qué es la justicia... a nosotros que estamos impacientes por reconocerla y practicarla...”. y entonces el juez se erguía satisfecho, englobaba la voz y se disparaba por cualquier lado y con las más peregrinas respuestas sin lograr siquiera comprender a lo que Sócrates quería conducirlo, es decir a una definición real de justicia.

Una vez comprendido el sentido de la pregunta socrática, seguían a las respuestas las punzantes observaciones de Sócrates, las sucesivas rectificaciones del interlocutor, hasta que finalmente, encerrado éste en sus propias contradicciones, derrotado, cansado, el juez, terminaba reconociendo: Sócrates, debo confesarte que, aunque creía saberlo, no se en verdad qué es la justicia.

La pregunta a la que vuelve siempre Sócrates y a la que hace volver siempre a su interlocutor cada vez que se desvía, es esta: ¿qué es eso de lo que estábamos hablando?, ¿qué es la valentía, por ejemplo, o la justicia, o el deber, etc.? Examinemos ahora el sentido de la pregunta. Cuando preguntamos qué es la justicia, por ejemplo, nos preguntamos por “algo” que hace que a un sinnúmero de actos los llamemos “justos” precisamente por reconocer en ellos ese carácter común, idéntico en tiempos y lugares diversos. Ahora bien, sabiendo qué es la justicia estaremos en condiciones de reconocer e identificar cualquier acto justo, diferenciándolo correctamente de cualquier otro tipo de acto. En general, llegando a la definición de las cosas, habrá un criterio común (válido para todos) fundado no en el parecer de unos o en la imposición, sino en la realidad de las cosas. De ahí la importancia de la definición real.

Entonces, el método se compone de las siguientes partes:

Comienza halagando al individuo para que en confianza se muestre tal cual es, de este modo aflora más fácil la ignorancia.

Luego hace preguntas aparentemente inofensivas, porque al preguntar conduce al interlocutor a reconocer su propia ignorancia. A este proceso de reconocer la propia ignorancia le llama Mayeutica, que significa dar a luz (la verdad). Concretamente: la mayéutica se refiere a hacer surgir la respuesta verdadera respecto de aquello que se nos preguntaba. Hablamos de “alumbramiento” o “dar a luz”, de “hacer surgir”, pues no va a ser Sócrates quien luego de destruir los juicios mal fundados de su adversario, le imponga una verdad. Sería cambiar un prejuicio viejo por uno nuevo. Las cosas ocurren de otra manera: la respuesta surgirá de nosotros mismos, los interrogados y surgirá por una especie de alumbramiento espiritual.

Finalmente se alcanza “lo uno”, esto es aquello de lo cual participan tanto el interlocutor como el que interroga: la verdad, el fin.


Ø La Mayeutica:

"¿y no has oído decir que soy hijo de una partera muy hábil y seria, Fenareta?... ¿y no has oído también que yo me ocupo igualmente del mismo arte?... ahora bien, todo mi arte de obstétrico es semejante a ese (al de la partera) en lo demás, pero difiere en que se aplica a los hombres y no a las mujeres, y se relaciona a sus almas parturientas y no con sus cuerpos...
y lo mismo que a las parteras, me sucede lo siguiente: yo soy estéril de sabiduría, y lo que me han reprochado muchos, que interrogo a los demás, pero que después yo no respondo a nada, por falta de sabiduría, eso puede en verdad reprochárseme. Y la causa es la siguiente: que el dios me constriñe a obrar como obstétrico, pero me veta dar a luz..."(5)

(1) Soldado ateniense correspondiente a la clase media de esa sociedad.
(2) Escritor de comedias para teatro.
(3) maestros que enseñan filosofía.
(4)Diálogo: palabra que viene del griego donde “dia” significa a través de... y “logos” significa pensamiento, razón. “a través de la razón”.
(5) Platón, “Teeteto”.

2 comentarios:

Cabescribe dijo...

Interesante el texto, la verdad es que sí sirve para complementar las ideas del libro y entenderlo mejor; deberían leerlo todos.

Saludos!
Adrián

Alejandra Placencia dijo...

Ojalá que otros hayan alcanzado a leerlo, en realidad no reemplaza la lectura, pero al menos complementa. Me alegra que te haya servido... aún no reviso las pruebas, espero que les haya ido bien!!!!

Abrazos